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¿Se Avecina Una Tormenta Amazónica Mundial?

Los resultados de las elecciones en Brazil pueden arrastrar pérdidas y estancamiento en los mercados comerciales. En sí demostrando cuán ligadas están las economías internacionales y cuánto pueden influenciar los comicios internos de un país al desarrollo del comercio internacional y a la estabilidad de la economía global.

¿Se Avecina Una Tormenta Amazónica Mundial?

 

Por Jorge Reaño

 

Se avecina una tormenta. Es una tormenta que no solo amenaza al más grande de Sudamérica, sino a Sudamérica, en particular, y al continente Americano, en general; y quizás al mundo entero.

El país amazónico, el más grande de Latinoamérica, con la economía más grande, con sociedades comerciales arraigadas con sus países vecinos y con los mercados europeos y asiáticos, hállase en un vértigo económico el cual puede llegar a cortar sus transacciones de comercio internacionales y sumirlo en una hecatombe económica.

Los resultados de las elecciones en Brazil pueden arrastrar pérdidas y estancamiento en los mercados comerciales.  En sí demostrando cuán ligadas están las economías internacionales y cuánto pueden influenciar los comicios internos de un país al desarrollo del comercio internacional y a la estabilidad de la economía global.

Y es que empiezan ya las fugas de divisas junto con sus dueños, quienes han decidido abandonar el país tratando de evitar la crisis política y la recesión próximas.

Ya existen más de 2,000 millonarios quienes han cruzado las fronteras del país de la Samba para embarcarse en nuevas aventuras fuera. Y al mismo tiempo se cuentan casi más de 21,700 avisos de emigración.

Bajo el manto de el populismo barato, la falta de decoro y de prudencia, aparece avasallante el candidato fénix del pasado obscuro, de la indigna dictadura militar, de la idolatría a torturadores, de las amenazas al Tribunal de Justicia, del irrespeto a las damas, del irrespeto a los indígenas, a las personas de color y a la salud del planeta.

Con el candidato del fascismo, perdón, de “extrema derecha”: Bolsonaro, regresa pero con mayor desfachatez (a lo Trump), la violencia contra la verdad, la distorsión de las normas de respeto, aunados todos al prejuicio, a la intolerancia y a la discriminación.

Cuán inocuas pueden volverse las palabras en algunos casos. Cuán adictiva puede volverse la estupidez de la política reaccionaria y populista y de quienes siguen ciegamente los discursos descarnados y carentes de decencia, de aquellos que la practican. Eficaces sí mas ¿reales o realmente dirigidos a lograr el cambio positivo?  -Lo más probable es un rotundo No.

La retórica del candidato Bolsonaro es incendiaria y se cuela entre las palabras vituperadas un odio inusual.  Un odio no disipado sino concentrado, el cual, penosamente, es aunado e impulsado en varios temas por la contribución de las Iglesias pentecostales y evangélicas, las cuales han ofrecido su apoyo ciego debido a sus dictorios en contra del aborto.  

Y llega galopando entonces el patrocinio y báculo monetario de las industrias de la tala y la agricultura.  Entonces surge el ataque en desmedro de las comunidades indígenas del Amazonas y la excusa para destruir, sí destruir, la mayor riqueza heredada a la humanidad, poniendo la supervivencia de el mundo en riesgo… por unos reales.

Brazil debate su futuro político, económico, social, y a su vez el futuro de los pulmones del planeta con su voto en las elecciones del 28 de Octubre. 

Es así que la balanza se encuentra meciéndose entre el candidato trumpiano de la ira, de la radicalización, del uso del miedo y del odio como herramientas políticas; y el candidato del partido que en principio logró cambios muy beneficiosos para la sociedad brasilera, pero que terminó con las manos sucias por los dineros de los sobornos, que a la larga, desmembraron sus propias bases y su credibilidad.

Aunque el candidato del partido de los trabajadores (Haddad) sea un ente limpio de los engorrosos mal-hechos de su partido, carga una mochila llena de las equivocaciones del pasado, pero también del recuerdo de los buenos hechos logrados.

El pueblo Brasilero puede cambiar su propio futuro en las próximas elecciones.  Y al mismo tiempo tiene –quizás- la responsabilidad de proteger el futuro del planeta con su voto democrático.

 

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