Argentina y los Fantasmas de Inflaciones Pasadas

Por Jorge Reaño

Avanzaba el año 1991 y el blando pero pícaro Carlos Menem conducía los destinos de la Argentina, incapaz de sortear una inflación del 84%.

Avanzamos a Enero del 2019 y encontramos a la Argentina bajo la presidencia de Mauricio Macri y el reporte de una inflación del 47.6% para el año 2018 recién finalizado.

Comparando al presente con el pasado reciente bajo el mandato de Cristina Fernández de Kirchner en su último término, en el cual la inflación llegaba al 38.5%, y los problemas de la economía Argentina parecen continuar como una enfermedad crónica, la cual no puede curarse desde que Fracisco Perón decidiera imprimir una cantidad excesiva de pesos, para pagar sus proyectos sociales, allá por el año 1945.

De acuerdo con INDEC (el Instituto Nacional De Estadística y Censo de Argentina) los mayores incrementos han venido de las áreas de Comunicación (7.7%), Salud (5.2%), Transportación (2.4%), Comidas y Bebidas (1.7%) y Otros Bienes y Servicios (3.4%).

Dichos incrementos y el porcentaje de inflación no pronostican un buen horizonte para el objetivo del Presidente Macri de mantener el nivel de inflación del año 2019 en 23%.

En realidad, en el 2018 la inflación se disparó junto con la crisis del Cambio del Dólar y el déficit comercial lo cual forzó la mano de Macri a abandonar su política inicial y pedir Ayuda de Emergencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) en forma de un estricto préstamo por la cantidad más grande en la historia del Fondo: $57 Billones de Dólares US.

Cuando Macri tomó el mando de Cristina Fernández, la inflación se encontraba en el 21%.  ¿Qué ocurrió?  Parece que los arreglos graduales iniciados para mantener la inflación al 15% hizo que los inversionistas se sintieran extremadamente cautelosos y decidieran cambiar sus pesos por dólares.  Gran parte de la ciudadanía en general, decidió entonces seguir el ejemplo de los inversionistas.  El Peso Argentino se devaluó y esto permitió que la inflación escapara de los ajustes graduales que inicialmente puso en efecto Macri. 

Además, la deuda del gobierno se incrementó rápidamente hasta un nivel relativamente peligroso.  De acuerdo a INDEC, la Deuda Nacional Argentina está acercándose al 80% del Producto Bruto Interno (PBI).

El Banco Central decidió elevar las tasas de interés y a retirar pesos del mercado para detener la Crisis Cambiaria.  Esto ayudó un poco, sin embargo, en el 2018 la economía Argentina se contrajo en un 2.5%

Macri deberá ahora mantener ajustes aún más estrechos aunque el poder adquisitivo de los salarios Argentinos hayan sufrido una pérdida del 10%.  El FMI requiere que Macri haga ésto, sin embargo, las uniones van a pedir aumentos para contrarrestar las tasas de inflación.

¿Será Macri capaz de escalar una montaña llena de riesgos durante una campaña de re-elección?  Si desea ser recordado como un éxito, lo tendrá que hacer.

Tal vez sea capaz de ayudar a la Argentina a comenzar a olvidarse de sus fantasmas.  La segunda economía más grande de Sud-América lo necesita desesperadamente.